jueves, 27 de octubre de 2016

HERENCIA Y LIBERTAD INDIVIDUAL

Imagen captada de Google
Hoy voy a empezar a hablar de un tema apoyándome en una cuestión que plantea el escritor Jorge Luis Borges y es la siguiente: ¿qué relación existe entre la estética y la cultura, o más específicamente, entre arte y tradición?.
Borges se pregunta si debe necesariamente un diseñador argentino plasmar en su obra determinadas técnicas, formas, colores y temáticas para inscribir su arte dentro del conjunto de obras relacionadas con una identidad especifica
(latinoamericana/nacional)[1].
Independientemente de la influencia por el gusto y la estética que podamos recibir a través de la educación o la sociedad, está la imaginación y la idea del individuo para lograr lo que él piensa que es su estética.
Como vemos en la imagen el individuo es un ser por formar y que con el paso de los años la influencia de la cultura y la educación se va transformando hasta llegar a ser lo que busca.

La idea de estética como forma de identidad a mi entender quiere decir que cualquier persona puede juzgar a otra por su apariencia estética. Esto es el día a día en la vida de cualquier persona, ya que simplemente con pensar: ¡Vaya pintas!, estamos colocando a la persona en un estatus social y con ello criticando sin ninguna razón la estética de esta persona.

¿Por qué debemos seguir unos parámetros a la hora de pararnos a pensar que ponernos?. ¿Por qué para una entrevista de trabajo nos ponemos un traje y para hacer deporte nos ponemos un chándal?.
Pienso que aparte de por comodidad o apariencia nos viene dado por nuestra cultura y nuestra educación, porque nuestros padres han sido quienes nos han enseñado que para dormir tenemos que ponernos un pijama y a ellos se lo enseñaron los suyos en su día a pesar de que sea lo correcto o no.
Como vemos en la imagen el individuo es un ser por formar y que con el paso de las años la influencia de la cultura y la educación se va transformando hasta llegar a ser lo que busca.
Con esto quiero decir que la tradición, muchas veces, tiene mucho que ver a la hora de formar nuestra identidad estética. Pero lo más importante que me hace pensar sobre esto, es que por culpa de esta tradición somos capaces de desprestigiar a una persona sólo por su apariencia y esto si que no es correcto.






[1] Información extraída de: “I Encuentro Latinoamericano de Diseño / Comunicaciones Académicas. Agosto 2006, Buenos Aires, Argentina”

lunes, 17 de octubre de 2016

La palabra como algo más que un sonido

Hoy voy a hablaros del poder que tiene la palabra.  Hay veces que no nos damos cuenta que tan sólo con una palabra podemos demostrar muchas cosas. Para empezar, si queremos saber el poder que tiene la palabra debemos saber que es la palabra y que es el poder.
Por un lado, la palabra es una unidad léxica que esta formada por un sonido o un conjunto de ellos con un significado y una categoría gramatical. Por otro lado, el poder es tener la capacidad de hacer determinadas cosas. Si juntamos ambas cosas podemos decir que tenemos la capacidad de expresar determinadas cosas con sonidos que tienen un significado.

¿Por qué lo llamamos el poder de la palabra? Porque con ella podemos hacer que otros tomen decisiones, podemos hacer que cambien de actitud e incluso podemos hacerles creer algo imposible.

Pero vamos a ir más allá de una simple definición por que todo aquel que tiene el poder de la palabra tiene la capacidad de construir o destruir. Con construir me refiero a que con la palabra puede manifestar cualquier cosa y eso te da el poder de comunicarte, de decir lo que sientes.  El lado negativo de la palabra es con el que se puede destruir, herir o hacer el mal. Muchas veces no nos damos cuenta de lo que podemos llegar a provocar con unas malas palabras por eso invito a la gente a aquello que siempre nos han intentado inculcar o hemos escuchado infinidad de veces y no es ni mas ni menos que pensar antes de hablar.

Y como dice Sigmun Freud: “La ciencia moderna aun no ha producido un medicamento tranquilizador tan eficaz como lo son unas pocas palabras bondadosas”.


¿En qué nos basamos para decir las cosas que decimos? Todos tenemos un pasado y tenemos un tipo de educación y en base a nuestras creencias, nuestro ego y nuestros sueños formamos las palabras que nos dan paso a formar lo que se llama la comunicación verbal. Y es que esta comunicación, al fin y al cabo, tiene como pilar básico la palabra y su fin es relacionarse con lo que nos rodea.