viernes, 25 de noviembre de 2016

Sentimiento arquitectónico

Para hablar de espacio arquitectónico debemos comprender para qué está concebido y qué quiere lograr el arquitecto con la creación de este espacio.
Desde mi punto de vista el sentimiento arquitectónico es aquel que es capaz de remover nuestros sentimientos al mirar o al tocar una edificación. Por ejemplo, el arquitecto que quiere construir una catedral gótica va querer transmitir unos sentimientos muy diferentes a aquellos que va a querer transmitir el arquitecto de un rascacielos.

Shreve, Lamb and Harmon fue un estudio de arquitectura conocido por haberse encargado del diseño del edificio más alto del mundo en el momento de su finalización en 1931, el Empire State.[1]
Empire State
   

Para mi el Empire State no es una mera figura arquitectónica ya que es un edificio que me hizo sentir algo diferente a las edificaciones que acostumbro a visitar. Este edificio cumple con las tres funciones características que deben tener las edificaciones según Marco Vitruvio: Es funcional (utilitas) ya que aparte de ser un edificio emblemático de la ciudad de Nueva York es un monumento histórico. La belleza de diseño (venustas) de este gigante, que pertenece al Art Decó, es indiscutible. Por último es una estructura segura (firmitas) ya que desde 1931 está en pie y la estructura por la cual esta formada es muy firme.
Lo que sientes cuando subes a alguno de los miradores del Empire State es impresionante, una sensación de libertad, de respirar aire puro y de ver una de las ciudades más importantes del mundo a tus pies es una sensación que no ocurre en la vida todos los días.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Experiencias en el museo

Hoy voy a empezar a hablar de mi vivencia y percepción de los espacios museísticos con esta pregunta: ¿Qué nos aportan los museos?
Nos aportan muchas cosas y una de ellas es que fomenta valores sociales y cívicos,  actitudes creativas y de pensamiento crítico. Además nos  ofrecen visión del pasado, presente y futuro que nos permite viajar a un tiempo y a un lugar diferente. Por lo tanto, es un modo de aprender cómo pasa el tiempo y cómo vamos evolucionando.

Logo "The Museum of Modern Art"
Nunca ha sido mi pasión el tema de los museos y cuando he estado en alguno (pocas veces) no me ha llamado mucho la atención con la excepción de uno, El MoMA, The Museum of Modern Art. Este es un museo que se encuentra en Manhattan (Nueva York) y alberga obras de artistas como Van Gogh, Piet Mondrian, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Andy Warhol entre otros muchos. No sé si fué la gran variedad de autores y obras de arte que nos ofrece este museo, la manera en las que las contemplé o mi predisposición a entrar en él lo que me hizo poder disfrutarlo.

Como dice Virginia Garde López , subdirectora general de museos estatales, en su artículo[1] “los museos, además de favorecer el conocimiento y el aprendizaje, han de procurar experiencias enriquecedoras y gratas que hagan de la visita y de la relación con el museo algo relevante para cada individuo, de modo que estas instituciones puedan ser percibidas y experimentadas cada vez más como un valor cultural esencial en la sociedad”.
Para mí, los museos deben ofrecernos, como dice Virginia Garde, un extra de algo que nos haga no solo disfrutar de sus obras de arte, si no también recordar el momento como una visita enriquecedora y una experiencia única. Mirar la obra de un autor implica disfrutar de sus formas y colores por una parte y por otra entender lo que ha querido expresar y transmitir, es decir, el mensaje, los sentimientos… Para conseguir esto, ir acompañado de un guía o alguien con los conocimientos precisos, consigue abrirte los ojos y disfrutar doblemente de este espacio.






[1] “Conocer la experiencia de los visitantes: un paso hacia el museo esencial”